
A continuación vamos a analizar los diferentes tipos de
calefacción y su coste.
· Radiadores eléctricos: En este caso la energía térmica
(calefacción) que nos proporcionan, se obtiene a través del calentamiento de
las resistencias eléctricas internas (efecto Joule), por lo tanto por cada kWh
térmico que nos ofrezca el radiador (calor), consumirá aproximadamente 1 kwh de
electricidad. Al precio actual de la energía eléctrica tendríamos un coste de 0,19€/kwh,
el más alto de nuestra comparativa.
· Bomba de calor aerotérmica, la transformación de energía eléctrica
en energía térmica tendrá un rendimiento superior al 300%, por lo que pagaremos
aproximadamente 0,05€/kwh.
El coste podría ser superior los días
más fríos pues hay que tener en cuenta la disminución
de su rendimiento con temperaturas externas bajas, por lo tanto, aunque teóricamente es el sistema más
económico, podría encarecerlo bajo estas circunstancias.
· Biomasa (pellets) y el gas natural se obtiene un resultado similar, 0,05€/kwh y 0,06€/kwh respectivamente, aunque hay
varios factores a tener en cuenta con estos combustibles:
Primero. El gas natural nos llega canalizado así que no hay
problema de desabastecimiento ni recarga de combustible. No es así con la
biomasa que necesita un suministro periódico y un volumen de almacenamiento
bastante grande respecto a la energía que nos proporciona.
Segundo. El precio de estos combustibles es variable.
· Gasóleo,
tiene un coste bastante alto (0,11€/kwh) y, además, cuenta con los problemas almacenamiento y
suministro de los combustibles no canalizados, por no hablar de su continuo
aumento de precio que parece no tener límite.
CONCLUSIÓN
Sea cual sea tu elección, cada sistema tiene su inconvenientes y
sus virtudes. Entre los sistemas de calefacción más económicos se encuentran la
biomasa, el gas natural y la aerotérmia.
El gas natural previsiblemente seguirá subiendo de precio y, a la larga, terminará siendo menos competitivo, la biomasa necesita un sistema de almacenamiento y suministro, además ocupa un volumen bastante considerable y, por último, las bombas de calor aerotérmicas disminuyen su rendimiento con temperaturas exteriores bajas, por lo tanto el coste por kWh subirá en estas situaciones y en ciudades con temperaturas muy bajas su coste se disparará en esos meses de frío.
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